viernes, 11 de septiembre de 2009

Lugares con encanto: Cadaqués

Cadaques es un pequeño pueblo de pescadores que se encuentra en el parque natural del Cabo de Creus mundialmente conocido gracias a la figura de Salvador Dalí

Hablar de Cadaqués es hablar de Salvador Dalí. Las antiguas cilizaciones que empezaron a visitar Hispania, cómo griegos, fenicios y romanos, no pudieron disfrutar del arte de Dalí. Tampoco los antiguos marineros que temían ser arrastrados hacia los acantilados de la zona y ver como se destruían sus embarcaciones. Cadaqués, en pleno corazón de la península del Cabo de Creus, vió como los enormes vientos que provoca la Tramuntana, su incomunicación por tierra y el ataque de los piratas, le sumieron durante siglos en el aislamiento

Hoy en día, una carretera une Roses con Cadaqués y el Port de la Selva (otro lugar con mucho encanto). El viaje por esa carretera es espectacular, sinuosas curvas que permiten disfrutar de un paisaje precioso.

En los años veinte, los pescadores del Alt Empordá vieron como incipentes turistas comenzaban a pasear por su bahía en la que se podía admirar el colorido de las embarcaciones al atardecer y en la puesta del sol (otro de los momentos mágicos que se pueden vivir).

Algo antes, el notario de Figueres, nacido en Cadaqués, llevó a su familia hasta el lugar, donde pasaban algunas temporadas. Un pequeño niño, aficionado desde muy pronto a la pintura, pudo contemplar la luz de la bahía y encontrar inspiración en el Cabo de Creus. Aquel niño, marcharía a Madrid y después a París y recorrería el mundo, viviendo algunos años en Estados Unidos, quiso, con el tiempo, junto con su mujer Gala, fijar su residencia en Portlligat, al norte de Cadaqués. Ese niño fue el gran Salvador Dalí.

Un camino de olivos conduce hasta la Casa Museo Salvador Dalí. Este y su esposa Gala compraron una pequeña barraca de pescadores con el fin de buscar paz y aislamiento. Además el lugar le sirvió de inspiración. Por aquel entonces Portlligat lo formaban unas hileras de barracas situadas sobre un torrente. A pesar de su ausencia del lugar, durante más de doce años, a su vuelta la casa fue siempre ampliándose, realizando una estructura casi laberíntica. Hoy día puede decirse que existen tres espacios definidos. Las habitaciones, la biblioteca o las salas de estar, por un lado; las Salas de los Modelos y su taller, por otra parte, y los espacios exteriores, por último.

Fue él el que llevó a numerosos artistas e intelectuales a conocer el lugar y otros tantos hicieron lo propio reclamados por la curiosidad. Matisse, Picasso, Ernst o Duchamps pudieron contemplar la luz de Cadaqués. Pasear por sus callejuelas en torno a la iglesia de Santa María, realizar alguna compra en los numerosos puestos y tiendas de artesanía es una verdadera delicia.

Durante el día innumerables turistas venidos de otros lugares abarrotan las calles de Cadaques. Encontrar aparcamiento es casi misión imposible.

Cuando llega la noche la playa y alrededores es una fiesta que mezcla personas de todos los lugares del mundo que vienen atraidos como en su momento vinieron Matisse, Picasso, Garcia Lorca...

Merece la pena dedicar unos días de vacaciones a recorrer los diferentes pueblecitos del Cabo de Creus, desde luego es una experiencia inolvidable. Al menos lo ha sido para mi este verano y muchos otros veranos que he visitado ese bonito pueblo.






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