jueves, 15 de abril de 2010

Decepción

Pasó el esperado Clásico y el resultado del mismo ha supuesto un jarro de agua fría para todos los madridistas. Dos palabras pueden definir el estado de ánimo de todos los madridistas que vimos como el Barcelona ganó con excesiva suficiencia y autoridad el partido: decepción y desilusión.

El Real Madrid no ha estado a la altura de la ocasión. No lo ha estado en este partido ni en los dos anteriores, ante el Alcorcón y el Lyon, dónde nos jugábamos nuestra presencia en la Copa del Rey y en la Liga de Campeones. Me atrevo a decir que este Real Madrid no sabe competir.

Los más optimistas dirán que todavía hay esperanza y que quedan siete partidos en los que el Barcelona puede “pinchar”. Sinceramente creo y me aventuro a escribirlo que el Real Madrid fallará en más partidos que los culés. En el fútbol, como en cualquier otro deporte, la situación anímica es muy importante, casi más que el aspecto físico y a día de hoy después de asistir a un ejercicio de impotencia ante nuestro máximo rival la moral estará por los suelos.

Tiempo habrá para la reflexión sobre el entrenador, jugadores, dirección y modelo deportivo del club, pero hay algo claro, los 300 millones de euros gastados en fichajes no han sido suficientes para cambiar la tendencia de un equipo cada vez menos competitivo en los partidos más exigentes. Sería digno de estudio saber por qué jugadores como Cristiano, Xabi Alonso, Benzemá o Kaká que triunfaban en sus respectivos equipos la temporada pasada en el Real Madrid parecen jugadores mediocres.

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